Desde el comienzo de la pandemia en Brasil, el virus ha dejado allí cerca de 13 millones de infectados y más de 350 mil muertos, convirtiendo a la nación sudamericana en el país con más decesos, siendo sólo superada por Estados Unidos con más de 559 mil fallecimientos. 

Entre las nulas medidas sanitarias y la poca preocupación, el país carioca la tiene muy difícil para controlar el virus. Debido a esto, muchos expertos consideran a Brasil como un "Fukushima biológico", en metáfora al accidente nuclear del 2011 en Japón. 

El desastre de Brasil

"Cuando la gente me pide que haga una metáfora, digo que para mí es como Chernóbil o Fukushima, un reactor nuclear, pero uno biológico, que está fuera de control en una reacción en cadena", explica a BBC Mundo el neurocientífico y profesor de la Universidad de Duke, Miguel Nicolelis, desde su casa en Sao Paulo.

Esto se debe a que se teme que exista en Brasil una variante aún más contagiosa que la P.1 y, además, se suma las denuncias de colapsos por parte de expertos y trabajadores del sistema de salud. 

Según lo que explica el experto, Brasil se convirtió en un semillero de variantes debido a, "falta de liderazgo gubernamental, la ignorancia (del gobierno) y la confianza en noticias e información falsa o el negacionismo científico". 

Para Nicolelis es importante destacar que esto no es culpa del pueblo brasileño, más bien del Gobierno que ha tomado las precauciones necesarias para contener la pandemia. 

"A pesar de que tenemos un sistema nacional de salud pública que es bastante bueno, el gobierno nunca lo aprovechó para financiarlo y fortalecerlo significativamente en medio de esta crisis", explica el neurocientífico.

En sus palabras, el experto asegura que han dejado crecer al virus y experimentar con las personas, "y cuando hay un número alto de mutaciones como las que estamos teniendo, el surgimiento de variantes es lo esperado. Es algo que puedes dar por sentado que va a suceder".

El ejemplo actual

Sin embargo, Bolsonaro ha declarado que para este año la prioridad será la vacunación de las personas. Esto no convence a todos los expertos, ya que no se toman las medidas sanitarias para ayudar a controlar el virus. 

Para el docente, Chile se ha convertido en un ejemplo de lo que se debería hacer: una combinación de medidas.

Aunque se hayan tomado de forma tardía, el experto espera que Brasil pueda seguir con la combinación de medidas duras debido a la gran cantidad de contagios que han tenido durante el último tiempo, igual que Chile. 

Entre las soluciones que vislumbra, insiste, está un confinamiento nacional, que dure al menos 30 días y que empiece cuanto antes, y que se pueda conseguir vacunar entre dos y tres millones de personas cada día.

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