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Estimulación temprana: la importancia de incluirla en las rutinas diarias

Por: Verónica Méndez
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Desde que nos acercamos a la maternidad, escuchamos mucho sobre la importancia de la estimulación temprana y los beneficios que esto tendrá en nuestros hijos.

Es importante estimular al niño desde recién nacido porque en sus primeros 5 años de vida es cuando se produce el máximo desarrollo neuronal en el ser humano. La plasticidad que tiene el cerebro en ese momento hace que se establezcan conexiones neuronales con mayor rapidez y eficacia que en etapas posteriores.

Es durante los primeros años de vida que se desarrollan y maduran capacidades como el lenguaje, las sensaciones, las funciones motoras, psicológicas, entre otras cosas por lo que es la época de más impacto en las capacidades del niño. Estimularle desde el principio potenciará sus capacidades y puede evitar algunos déficits en su crecimiento.

Aunque muchas veces nos imaginamos una lista interminable de actividades difíciles de llevar a cabo, la verdad es que podemos incluir la estimulación temprana en el día a día de nuestro bebé, de formas sencillas y al alcance de todos.

Porque la estimulación temprana no significa someterlos a actividades que los presionen a aprender lo más rápido posible, sino que significa entregarle experiencias que le permitan explorar el mundo que lo rodea, de acuerdo a su propio ritmo de desarrollo y sus características individuales.

Para eso, podemos convertir algunas actividades diarias en momentos de estimulación, a través de la comunicación y del juego.

La hora de la comida

Aunque muchas veces queremos mantener todo limpio y ordenado, cuando tengamos tiempo, lo ideal es dejarlos explorar. Dejar a los niños tocar, jugar, experimentar, meter la mano en el plato y mancharse hasta las orejas favorece la estimulación de los sentidos, le ayuda a asociar texturas con nombres y sabores. Durante la comida ir enseñándole qué es cada sabor, textura y hasta los colores.

El baño

La hora del baño es perfecta para afianzar los vínculos afectivos, demostrándole todo tu amor a tu bebé, además se sentirá seguro y protegido. Las diferentes texturas y sensaciones que tu bebé podrá experimentar a la hora del baño lo ayudarán a incrementar sus reflejos, su habilidad mental, y su capacidad de reflexión.

Cambio de pañales

Pueden ser muchos los pañales que cambiamos al día, y no necesitamos que cada una de esas mudas sea un momento especial, pero sí puede ayudar mucho a tu bebé que alguno de esos cambios venga además con un momento de diversión. Un poco de masajes, cosquillas, besos y canciones pueden hacer del cambio de pañal un momento ideal para estimular a tu bebé desde el primer día.

Vestirse

Aprovecha este momento para hacer que tu hijo elija su ropa, estimulando su cerebro para que entienda qué prendas necesita para vestirse y cuál es el orden en el que estos deben ir. Pregúntale para fomentar que piense, en vez de darle instrucciones. Por ejemplo: “¿qué se pone primero en los pies? ¿Después de los calcetines que viene?”

La hora de dormir

Las rutinas son fundamentales para los bebés, especialmente a la hora de dormir. Establecer un horario y dejar definidas las actividades previas al sueño los ayuda a estar más relajados, entender que viene el momento de dormir y conciliar el sueño más rápido. A cada familia le acomodan rutinas distintas. Puede ser bañarlo, darle de comer, leer un cuento y luego a dormir, o el orden que más te acomode. Lo importante es que mientras sea posible, los horarios y las actividades se mantengan lo más parecidas posible.

Lee un cuento

Ya sea antes de dormir como parte de su rutina, o cuando tengas tiempo, incluir cuentos para la estimulación de tu bebé tiene beneficios totalmente comprobados, especialmente en el ámbito del lenguaje. La lectura compartida estimula el desarrollo cognitivo del pequeño, al hablar con él sobre lo que hemos leído le ayudamos a entender lo que ha escuchado, hacer paralelismos entre su vida y las historias, inventar historias nuevas… Esto favorece su capacidad de abstracción y comprensión. Además, compartir un momento de lectura a diario con nuestros hijos ayuda a fortalecer los vínculos entre padres e hijos.

Pequeñas decisiones

Dejar que los niños desarrollen su autonomía desde pequeños, es clave en el desarrollo de su personalidad. Dejándolos elegir entre ciertas opciones, contribuimos a la creación de una autoestima sana.

Por supuesto, hay ciertas decisiones que los niños no deben tomar. Existen normas que ponemos los adultos y que debemos enseñarles a respetar. Sin embargo, existen otras pequeñas cosas cotidianas que es bueno que los niños puedan elegir por ellos mismos.

Cuando un niño se siente capaz de hacer las cosas por sí mismo y de tomar pequeñas decisiones crece más feliz, seguro y confiado. Por ejemplo, podemos dejarlos elegir qué ropa quieren usar, dentro de las opciones que les ofrezcamos, o qué cuento quiere leer en la noche,

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