A los 20 años la joven argentina estaba lista para convertirse en monja, sin embargo, la pandemia la detuvo y cambió su vida para siempre.

Con sólo 20 años la argentina Agostina López quería internarse en un monasterio español para convertirse en monja, nunca sospechó que sus planes cambiarían cuando conociera a Ezequiel, el amor de su vida.

A principios de 2020, tras terminar el colegio, la joven viajó a España para alejarse de todo y fue en esa experiencia donde se hospedó en un monasterio durante un mes. Ese tiempo le mostró un camino que no había considerado antes. 

 “Yo no era tan religiosa pero me fui a hacer la experiencia y volví con ganas de vivir allá. Todo era muy perfecto”, aseguró la argentina a través de su cuenta de TikTok. 

En conversación con Infobae, relató que "nunca había fantaseado con la idea de ser monja, ni cerca. Siempre había querido formar una familia. Entregarle mi vida a Jesús me sorprendió en ese viaje”. 

Y es que la rutina del monasterio era enriquecedora, además de que le permitía alejarse de toda la vida mundana que conocía en Argentina. Fue tal el impacto que pidió quedarse allí y tomar los hábitos, sin embargo, las autoridades le recomendaron volver a su país y pensar con calma lo que realmente quería hacer. 

“Tenés que ser prudente. Vos te querés quedar porque parece todo muy bonito, pero volvé a tu casa y rezá para entender qué es lo que te está pidiendo Dios”, le recomendaron.

Al volver a Argentina se topó con la pandemia y se vio obligada a permanecer en su país. Sin embargo, la semilla de la fe ya había brotado en su vida y comenzó a participar activamente en las  actividades virtuales que se generaban en esa época. 

 “Yo criticaba sin saber, repetía mucho lo que dice la gente y volví con mucha inspiración, con mucho conocimiento. Como a mí siempre me gustaron las redes y hablar frente a cámara, empecé a hacer videos en Instagram hablando de la vocación religiosa y derribando mitos porque tenía mucho que decir respecto a la Iglesia”, sostuvo al portal TN. 

De futura monja a influencer católica

Según el medio argentino, Agostina se convirtió en una especie de influencer católica, y uno de los primeros eventos en los que participó era una jornada para rezar el rosario durante la cuaresma. 

Aunque tuvo problemas con el internet, logró sacar adelante el momento y una vez terminado se dispuso a conversar con su familia sobre qué cenarían esa noche. Lo que nunca sospechó es que se le había quedado el micrófono abierto y uno de los espectadores lo notó y se lo hizo saber más tarde con un mensaje. 

 Ezequiel, un filósofo y catequista le escribió por Instagram: “Me gustó mucho tu participación en el rosario hoy. Suerte con la pizza”.

“Durante el encierro, en mi familia nos volcamos mucho hacia lo espiritual y juntarme a rezar el rosario virtual me parecía atrapante. Entré al vivo porque mi hermana me comentó y me encontré con esta chica que dirigía toda la situación increíble. La empecé a buscar en redes sociales y cuando la encontré sentí que me había enamorado. Me puse a ver todos sus videos, me atrajo inmediatamente al verla transmitir su fe tan naturalmente”, contó Ezequiel a TN.

El hombre fue insistente a pesar de que ella no mostraba interés. Eso hasta que un día vio una foto de la joven estudiando filosofía y decidió escribirle porque conocía al profesor del que ella estaba leyendo. 

Así comenzaron una amistad por WhatsApp, que luego pasó al Zoom y finalmente a verse en persona. Como ambos vivían en San Isidro acordaron verse para asistir a "misas clandestinas" que se realizaban en la zona durante la pandemia. 

“Volví de España con una espiritualidad muy grande y pensé que nunca más iba a poder vivir esa paz. Pero de repente conozco a este chico que lo veía bastante parecido a mi, pude conectar con él y lo que había encontrado en el monasterio lo encontré en él. Fue como descubrir un diamante en bruto”, reconoció López.

“Al ser filósofo y haber vivido la fe desde chico, se daba todo muy natural. Podíamos pasar horas hablando pero, a la vez, le estaba dando una mala impresión porque yo me estaba preparando para abocarme a Dios y empecé a marcar distancia”.

Al estar los aeropuertos cerrados ella no podía irse, además de que algo en la joven le pedía quedarse y seguir al lado de Ezequiel. Las cosas comenzaron a cambiar con una broma que él le hizo en una misa. 

“Me señaló el altar y me dijo ‘imagínate cuando estemos ahí'. Yo estaba enojada, intimidada, pensaba que había arruinado la amistad y, en realidad, me estaba autoengañando”, dijo. 

Ese mismo día, él la invitó a salir y ella aceptó, y desde entonces no se separaron más. En agosto comenzaron su relación y en febrero de 2023 se casaron. Al poco tiempo nació su primera hija. 

 

 

 

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