El seleccionado nacional abrió las puertas de su hogar sin pensarlo dos veces.

Mauricio Pinilla sabe lo difícil que es estar solo en una ciudad, sobre todo en tiempos de pandemia. Tal es el caso de Felipe Vilagrán, un futbolista que retornó desde Portugal para sumarse a las filas de Coquimbo Unido y debido a la contingencia se quedó solo. 

Apenas el centrodelantero se enteró que la situación de su colega de 23 años, no dudó en invitarlo a las dependencias de su hogar mientras dure la cuarentena.  

“De alguna forma lo adoptamos. A nosotros nos pasó que muchas veces llegábamos a una ciudad y estábamos súper solos, y siempre había alguien que nos recibía y nos acompañaba. En la familia estamos acostumbrados  y por eso lo hicimos. El pobre no sabía ni cocinar, así que todo bien”, contó Pinilla al diario Las Últimas Noticias.

 

 

Villagrán aceptó inmediatamente la noble invitación de su compañero. “La verdad es que no alcancé a traer casi nada porque me vine un día después del entrenamiento y el Pini me invito a quedarme. Así que dese ahí, solo tengo un par de cosas para entrenar, el resto de ropa me la presta él”, detalló el joven.

Sobre su experiencia viviendo con “Pinigol”, Felipe cuenta que se llevan bastante bien y que su estadía ha sido muy amena.“Colaboro con cosas de orden, pongo la mesa o ayudo a los niños con sus tareas. Son una familia increíble, me han recibido muy bien y estoy muy agradecido. El resto del tiempo estamos casi todos juntos buscando la forma de entretenernos, aunque siempre terminamos jugando play”, señaló.

 

 

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