Ayer por la tarde nuestra Raquel Argandoña junto al abogado defensor de su hijo, Nano Calderón, denunciaron ante los medios que el joven está recibiendo malos tratos por parte de los funcionarios de Gendarmería.

Raquel Argandoña declaró ayer a los medios que su hijo “entro a ver mi hijo, estoy esperando hace 4 horas y Gendarmería no me dio la autorización para ver a mi hijo, también me prohibió la llamada. Mi hijo necesita tratamiento, los profesionales no lo han podido diagnosticar, está, te lo juro está amarrado 24 hora, 24 horas de manos y de pies con una cadena, ni siquiera se la sueltan para bañarse ni tampoco para comer, hasta a un perro tu lo soltai’ para caminar (llora) es injusto, es injusto…entonces de qué hablan los matinales de que esta clínica es un spa si mi hijo necesita tratarse.”

El abogado defensor de Nano también dijo que “lo tienen incomunicado, no dejan que reciba llamadas, lo tienen encadenando 24 horas al día, efectivamente ni un perro recibe ese trato.”

¿Cómo llegó Hernán Calderón Argandoña a esta situación?

El 11 de agosto el joven llegó a la casa de su padre y lo agredió con un cuchillo dejándole profundas heridas en las manos, por este hecho fue denunciado a la policía, Nano se dio a la fuga, su padre se querelló por parricidio frustrado, la policía lo encontró en una clínica psiquiátrica y fue llevado al juzgado.

 En la audiencia las partes expusieron las acusaciones, la fiscalía pidió prisión preventiva, la defensa solicitó arresto domiciliario para Nano Calderón. La magistrada resolvió decretar la prisión preventiva por los 120 días que dure la investigación, pero determinó que primero fuera llevado a la clínica psiquiátrica para ser compensado y que fuera custodiado por Gendarmería. La jueza está a la espera de un informe que determinará si debe ser trasladado a un centro penitenciario.

 

 

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