En Bienvenidos conocimos la historia de Cecilia, una mujer activista por los derechos humanos que hoy lucha por la eutanasia.

En Chile hace años está instaurado el debate en torno a si debería o no despenalizarse la eutanasia en Chile y el proyecto se discute en el parlamento. Bajo este contexto conocimos la historia de Cecilia Heyder, una mujer que solicita la eutanasia.

"Ella está literalmente desahuciada. Eso significa que los doctores no le están arrojando ningún tipo de solución, pero es más, no tienen siquiera acceso a medicina paliativa, es decir, está en una sumatoria de dolores y no hay quien la alivie. Ella ha presentado un recurso de protección reclamando eso: 'tengo derecho a morir dignamente' y esto lo hace una mujer que además es activista de los derechos humanos", fue parte de la introducción de nuestro conductor, Amaro Gómez-Pablos.

La lucha de Cecilia por la eutanasia

Cecilia está dando una pelea en tribunales y se espera una pronta sentencia. Sabe que no le queda mucha vida, pero morir con dignidad es la última causa que la mantiene en pie.

"Estoy en mis cabales y sé muy bien lo que quiero, que es una eutanasia pasiva. Esto se debe a que no quiero seguir sufriendo, a que la ciencia médica me desahució, los médicos ya no saben qué hacer conmigo ni paliativamente", fue parte de la confesión que le realizó a Amaro.

Según su testimonio, su familia y amigos "me apoyan 100% en esta cruzada, porque esto es la puerta de entrada para los que vienen después. Tengo dos hijos uno de 29 y una niña de 22 y están de acuerdo en que no quieren ver más a la mamá sufrir".

Cecilia también explicó que "tengo muchas enfermedades a mis 54 años de edad. Las principales son lupus, ahora mi nuevo estado es incoagulable (...) aparte de los dolores, mi enfermedad se manifiesta con impotencia y rabia".

A esto agregó que "yo no me quería tratar y por primera vez los trato y ahora que decidí tratarlos me cambian todos los reglamentos del juego diciéndome que no hay morfina en el hospital. No hay morfina para un catete subcutáneo. El presupuesto del hospital bajó en un 50%, me lo dijeron los químicos".

"Yo igual hago hemorragias digestivas altas y bajas. También sangró de nariz por más de 20-30 minutos, hasta tres horas, moretones por doquier y me han mandado sin catetes o una vía no venosa, para tener una mejor calidad de vida de lo que me queda", explicó.

“Creo que la eutanasia es un derecho a morir en paz y dignamente ¿por qué tienes que morir tirado en una cama con dolor? ¿por qué me tengo que morir sabiendo que los analgésicos no me funcionan? En los derechos humanos debería estar la muerte digna”, es parte de su potente reflexión en torno a la eutanasia.

 

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