En Bienvenidos comentamos los sorprendentes registros audiovisuales de dos remolinos de polvo que se registraron hace pocos días en las ciudades de Calama y Coquimbo.

Según el meteorólogo Gianfranco Marcone, estos son fenómenos que se están haciendo cada vez más recurrente en sectores interiores. En ese sentido, Amaro Gómez-Pablos hizo referencia a las condiciones morfológicas de Chile y cómo estas nos protegían de estos fenómenos.

“Se supone que estábamos al refugio de este tipo de eventos justamente por la fisonomía, por nuestra geografía, porque cuando es más montañosa…  los tornados en general requieren estepas, mesetas”, señaló el conductor.

Gianfranco respondió que efectivamente para que se produzcan tornados o remolinos se necesitan planicies más grandes: “De hecho, en Estados Unidos es muy frecuente que ocurran este tipo de fenómenos por las grandes planicies que tiene, alejado del océano. Si bien Chile está más cerca del océano, tiene cordillera, están siendo más frecuentes también, pero igualmente en sectores desérticos, en sectores con mucha planicie, donde se logra un calentamiento muy grande de la superficie terrestre”, aseguró el experto.

¿Tornado o nube embudo en Calama?

En cuanto al movimiento de este tipo de fenómenos, Marcone comentó que, pese a que en el video se ve un movimiento lento, si uno se acerca a uno de ellos notará que se mueve mucho más rápido y de modo bastante errático. “A veces el grosor es bastante grande, a veces son sólo unos filamentos muy delgaditos”, añadió.

Además, uno de los videos que revisamos en Bienvenidos fue de un remolino ocurrido en la ciudad de Calama, sin embargo en este registro no se lograba apreciar si ese fenómeno tocó la superficie o no, lo que cambiaría su definición.

“Si tocó suelo, sería un tornado, pero si no toca suelo, sería solamente una nube embudo, en donde el rollizo queda en el cielo y no logra canalizar con el suelo”, explicó el meteorólogo.

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