El medallista chileno-cubano Yasmani Acosta fue protagonista de un nuevo episodio de Resilientes Totales, donde compartió su conmovedora historia de esfuerzo, estudios, éxitos deportivos y el sueño de inspirar a futuras generaciones.

El destacado deportista chileno-cubano Yasmani Acosta, quien ganó medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París 2024, fue el protagonista de un nuevo episodio de Resilientes Totales en 13C, donde compartió su inspiradora historia de esfuerzo, sacrificio y superación.

Acosta, especialista en lucha grecorromana, relató cómo vivió el combate que le valió una medalla olímpica en la que se enfrentó con un amigo, el deportista Mijaín López: “No salí con presión, ese combate salí a disfrutarlo”, contestó, aunque reflexionó que esa postura quizás no le permitió conseguir el oro.

Pese a ello, Yasmani Acosta es un ejemplo para muchos deportistas en Chile y América Latina, ya que ha pasado por grandes desafíos y se ha mostrado orgulloso de representar a su país natal y a Chile en un escenario tan importante como los Juegos Olímpicos.

Yasmani Acosta repasa su carrera y reflexiona sobre su medalla en París 2024 

Durante el programa, Acosta contó sus inicios deportivos en Cuba. Cuando era niño fue elegido por un profesor de educación física para que realizara algún deporte además de sus clases. Ahí lo reclutaron para ser deportista de alto rendimiento en el país.

“El proceso es largo: de los 9 años a llegar a la selección nacional, hay que ganar torneos provinciales, torneos regionales, mientras uno también va avanzando académicamente”, relató Acosta.

A su vez, agregó que el sistema educativo en Cuba le permitió continuar con sus entrenamientos. “En las escuelas deportivas, el niño puede estudiar en la mañana, en la tarde o en ambas. (…) Recuerdo que eran los martes y jueves. A veces cambiaban los días, pero generalmente eran esos. Estuve así como 6 o 7 años”.

Posterior a sus años de entrenamiento decidió estudiar algo ligado con su pasión. “Cinco años para ser profesor de Educación Física. Después estudié seis años más para ser licenciado, o sea, entrenador. Ser profesor de Educación Física y ser entrenador son cosas distintas. Fueron once años de estudio. Así uno puede competir, viajar, y no baja el rendimiento académico”, agregó el deportista.

En 2015 llegó a Chile. Fue una decisión difícil, relató el atleta: “Dejar mi zona de confort, a mi familia, mis amistades, todo lo que conocía… Yo quería llegar más lejos. Era mi sueño estar en un Mundial o en unos Juegos Olímpicos. En ese momento solo los veía por la tele. En Cuba estaba Mijaín López, que era el número uno. Él viajaba a los grandes torneos. Yo, como número dos, solo viajaba a torneos en América”, recordó.

“Yo ganaba esos torneos, pero quería más exigencia. Quería sentirme realmente competitivo. También quería ayudar a mi mamá, a mi familia, a mis hermanos”, añadió y aseguró que su madre le costó entender su decisión, pero lo apoyó. “Fue una despedida muy difícil, lloramos mucho. Tenía miedo de no saber cuándo la volvería a ver. Si me quedaba fuera así, me sancionaban ocho años sin poder entrar a Cuba. Esa ha sido la decisión más difícil de mi vida”, declaró.

Pese a los desafíos, Yasmani Acosta ha cosechado importantes logros en su carrera. Se coronó con la medalla de plata en los Juegos Olímpicos y actualmente ocupa el primer lugar en el ranking mundial de lucha grecorromana, tras el retiro de Mijaín López. Su próximo gran objetivo es conquistar la ansiada medalla de oro en Los Ángeles 2028 y dejar una huella imborrable en las nuevas generaciones de deportistas.

“No quiero irme del deporte sin motivar a los niños y dejarles algo. Esta medalla no quiero que solo sea para mí. Quiero que tenga valor para otros”, concluyó el deportista.