Chile enfrenta una de las tasas de natalidad más bajas del mundo. Expertas explican cómo influyen factores reproductivos, culturales y estructurales en la decisión de mujeres y hombres de postergar o evitar la maternidad y paternidad.

En Chile, la baja natalidad es una preocupación creciente, ya que el país se encuentra entre los diez con menor tasa de reproducción a nivel mundial. Actualmente, el promedio es de 1,03 hijos por mujer, muy por debajo del nivel de reemplazo poblacional estimado en 2,1. Este descenso ha afectado a las personas que desean tener hijos y que han encontrado varias dificultades. 

¿Qué hay detrás de la baja natalidad? Sobre este tema, la periodista Lucía López conversó con dos académicas especializadas: Angie Vergara, jefa de la Unidad de Medicina Reproductiva de la Red de Salud UC Christus, y Martina Yopo, académica del Instituto de Sociología UC. 

Efectos de la baja natalidad en Chile sobre la salud reproductiva

En este sentido, la doctora Angie Vergara señaló que posponer la paternidad y la maternidad tienen un impacto significativo en la salud reproductiva. Uno de los principales impactos afecta a las mujeres, ya que biológicamente, aplazar la maternidad influye en la cantidad y calidad de los óvulos. Además, la posibilidad de lograr un embarazo y llevarlo a término de forma exitosa disminuye notablemente después de los 35 años, mientras que después de los 38 años, la tasa de aborto natural y espontáneo aumenta de forma exponencial.

Y en otro aspecto, la experta añadió que las mujeres pueden desarrollar patologías que dificultan el embarazo, como la endometriosis. 

Las mujeres no son las únicas afectadas: la postergación de la paternidad también involucra a los hombres. De acuerdo con la doctora Vergara, diversos estudios evidencian un deterioro progresivo en la calidad seminal, reflejado en la reducción del porcentaje de espermatozoides sanos. Este fenómeno se relaciona principalmente con factores de estilo de vida, como el consumo de marihuana y tabaco, la obesidad y una alimentación deficiente.

Aunque la edad avanzada también influye, su impacto en los hombres es menor que en las mujeres y suele hacerse más evidente después de los 60 años. En este contexto, mantener una buena calidad de vida, practicar deporte y llevar una dieta equilibrada resultan fundamentales para preservar la salud espermática.

Los factores detrás de la baja natalidad en Chile

Por otro lado, la socióloga Martina Yopo planteó que la baja natalidad en Chile responde a lo que denomina una “infertilidad estructural”, es decir, la ausencia de condiciones sociales adecuadas para formar familias. Factores como el aumento en los costos de vida, la falta de seguridad social y las desigualdades de género dificultan la decisión de tener hijos. 

Estos factores tanto culturales como económicos y estructurales son los siguientes: 

• Gran parte de las conversaciones sobre la natalidad están enfocadas en las mujeres, lo que dejan de lado las preocupaciones de los hombres.
• Mujeres y hombres tienen más opciones de elegir ser padres o no. La mayoría de las mujeres desea ser madre después de los 30 años. Esto se debe a que, en sociedades más educadas y desarrolladas, las parejas posponen la paternidad por la gran responsabilidad que conlleva. 
• Dificultad para encontrar pareja: Para muchas mujeres, una causa importante de la postergación de la maternidad es no encontrar una pareja con la que puedan formar una familia y con quien haya una distribución equitativa de las responsabilidades de cuidado y crianza.
• Dificultad para conciliar la vida laboral y familiar: Las mujeres enfrentan grandes retos para equilibrar sus carreras y la crianza, lo que también afecta sus proyectos de educación superior y laborales. 
• Las mujeres son conscientes de que el mundo laboral no es amable con la maternidad. Esto se traduce en una disminución de ingresos, menores oportunidades de ascenso y consolidación laboral, y un impacto negativo en su autonomía económica presente y futura, incluyendo sus pensiones. Los empleadores, en lugar de fomentar la maternidad, a menudo hacen la vida difícil a las embarazadas, viéndolas como una carga debido a las licencias.
• Aumento de los costos de vida: Una de las mayores preocupaciones de mujeres y hombres jóvenes es si tendrán los recursos suficientes para costear una buena educación y atención médica oportuna para sus hijos, incluyendo escuelas y consultas privadas. 
• Falta de servicios de cuidado infantil adecuados: Los servicios de cuidado infantil gratuitos y de calidad son insuficientes, y los existentes a menudo solo son accesibles para madres con contrato formal, excluyendo a los hombres y con horarios que no coinciden con la jornada laboral de los padres.
• Mayores responsabilidades económicas para los hombres: Hoy en día, en Chile se exige a los hombres hacerse responsables económicamente de sus hijos, lo que está regulado principalmente a través de la Ley de Deudores de Pensiones de Alimentos. 
• Ser padres responsables: Muchas mujeres y hombres jóvenes entienden que tener hijos exige grandes cantidades de tiempo, dinero y energía. Los que desean ser padres también quieren ser más responsables y presentes, además de evitar repetir modelos de crianza de generaciones anteriores donde los padres no estaban tan involucrados.