Científicos y técnicos se encuentran trabajando en el Gran Colisionador de Hadrones para arreglar la avería provocada por un árbol en Suiza.

Pasa en las películas, pasa en los lugares con mejores estándares. Es el caso de un árbol que paralizó las funciones del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el acelerador de partículas más grande y de mayor energía que existe en nuestro planeta. 

El hecho fue informado el 28 de julio pasado y tenía 10 días de jornadas paralizadas. La avería, según el centro de investigación que gestiona la infraestructura con sede en Ginebra, había sido por un árbol que cayó sobre una línea de alta tensión en la localidad de Morges, a unos 50 kilómetros de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN). 

Gran Colisionador de Hadrones pausado

Lo que provocó este hecho, fue que se activase el sistema de seguridad. Luego se desencadenó un enfriamiento, y el helio que se encontraba en la máquina comenzó a convertirse en gas. 

"Al convertirse en gas, el helio se expande y como está en un recinto y no puede escapar muy rápido, se ejerce una presión", explicó Jörg Wenninger, físico y jefe adjunto de la operación del LHC, en declaraciones a la Radio Televisión Suiza.

Con la presión, se abrió un pequeño agujero (de un milímetro cuadrado) que hizo que fallaran una serie de imanes "esenciales para el funcionamiento del acelerador", agregó el especialista. 

"Sólo hay que cortar la pieza, sacarla y poner una nueva, el problema es que está en un entorno complejo y hay muchos tubos diferentes que, obviamente, no deben dañarse", manifestó el físico.

Queda esperar ahora en qué consiste la reparación, la que puede tomar varias semanas. Este es uno de los desafíos más grandes de la historia para los expertos y funcionarios del CERN, dado que el procedimiento es muy complejo. 

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