Con un algoritmo, científicos lograron desentrañar uno de los misterios más grandes de los océanos: el canto de la inédita ballena minke antártica.

Todo comenzó en el 2014, cuando un grupo de especialistas encabezada por el investigador del AWI y del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh), Diego Filun, pudo atribuir un sonido a la ballena minke antártica, una de las más misteriosas de los océanos que bañan el planeta. 

Esta fue gracias a la atribución a un sonido como "bio-duck", o también "bio-dato" en español. La razón de este nombre es porque es similar a la de un pato. La comunidad científica quedó sorprendida, dado que no había mucha información de ella, ni de su paradero, es una de las especies más difíciles de estudiar.

Escucha el canto de las ballenas minke antártica en una publicación del medio Ladera Sur: 

Antártica, 2008

Pero hagamos un flashback un poco más, remontémonos al verano de 2008. Cuando el hielo marino comienza a abrirse, y una agrupación de científicos del Alfred Wagener Institute (AWI, Alemania) instaló 21 hidrófonos en el mar de Wedell, al este de la península Antártica. 

Estos son instrumentos oceanográficos que permiten captar los sonidos submarinos y funcionan como verdaderos micrófonos baño el agua. Tras ese hito, los investigadores han logrado obtener miles de datos en tiempo real que se encuentran albergados en una gran nube y biblioteca acústica marina. 

Antártica, 2023

Los misterios de la ballena minke antártica generaron una intriga a Filun, quien comenzó a trabajar para poder detectar y describir el "bio-duck" de esta especie. 

“Creamos un algoritmo de detección y clasificación que pudiese comparar los sonidos de manera automática, robusta y estandarizada. Lo primero que nos llamó la atención fue que en el verano la ballena minke antártica no vocaliza. En invierno, a diferencia de todas las otras especies de similares características, sí. Esto es opuesto a lo que sabemos sobre las ballenas”, comentó Filun al medio El Mostrador. 

Con esto, se pudo comprobar que esta especie tiene un particular comportamiento, escondiendo misterios que los científicos buscan desentrañar. Los resultados del investigador nacional junto a la científica Ilse van Opzeeland, fueron publicados recientemente en la revista Nature. 

Con este algoritmo, se puede comparar de forma automática, diferentes bases de datos de sonidos de distintos sitios del hemisferio sur con el fin de detectar la presencia acústica de esta ballena. Además, se puede hacer un monitoreo y comparación entre distintos puntos de manera simultánea. 

Un misterio que intriga a los científicos

Este estudio revela que la ballena minke antártica no solo produce sonidos aislados, sino también cantos que pueden repetir durante horas. Los especialistas pudieron detectar tres grupos poblacionales gracias a distintos términos acústicos en el mar de Wedell. 

"Es como si hablaran tres dialectos diferentes. Además, encontramos que esta ballena va cambiando su idioma según el año. (...) La pregunta que nos hacemos ahora es para qué usan el canto", comentó Filun.

Estas melodías, fueron relacionadas a la reproducción. En el caso de las ballenas jorobadas, por ejemplo, los machos suele cantar para encontrar una pareja. "Podría ser la única ballena que se reproduce en Antártica, sin embargo, aún no es posible atribuir aquello a un comportamiento acústico sin confirmación visual", agrega el especialista. 

La buscada y perseguida ballena minke antártica

Balaenoptera bonaerensis es el nombre científico de este cetáceo. Es documentada como la más pequeña de todas las ballenas que hay en el mundo. Cuando es adulta, puede llegar a medir hasta once metros, mientras que las crías pueden llegar a los 2,7 metros. 

Es completamente gris, y suele confundirse con su prima, la ballena minke común Balaenoptera acutorostrata. Sin embargo, es posible diferenciarlas porque la común tiene una gran mancha blanca en las alas. 

Su hábitat se desarrolla en el hemisferio sur. Sin embargo, es solitaria y no es costera. Suele navegar por el mar en solitario, y nadie sabe dónde tiene sus crías. Tiene una capacidad propia e increíble, que es poder romper el hielo con su cabeza. 

Se alimenta principalmente de krill y su amenaza más grande son las orcas. Pero el ser humano también se ha convertido en un gran depredador. Países con un amplio desarrollo en la industria ballenera, como Japón, Noruega e Islandia cazan a la minke antártica tras la disminución de otras especies. 

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