Los arándanos, en diversas presentaciones, ofrecen una amplia gama de beneficios para la salud humana. Descubre aquí cómo esta fruta puede ayudar a combatir el deterioro cognitivo.

En muchas ocasiones, tanto las frutas como las verduras son reconocidas por sus numerosos beneficios para la salud. En este sentido, expertos en salud han señalado que los arándanos podrían desempeñar un papel importante en la reducción del riesgo de deterioro cognitivo en los individuos.

Aunque se ha creído comúnmente que las pasas son beneficiosas para la memoria, no hay evidencia científica que respalde esta afirmación. Sin embargo, según un análisis realizado por expertos, se ha encontrado evidencia que sugiere que los arándanos pueden ayudar a prevenir el deterioro cognitivo.

¿Por qué podrían los arándanos retrasar el desgaste de la memoria?

La doctora Uma Naidoo, psiquiatra nutricional de la Facultad de Medicina de Harvard, resalta la importancia de consumir alimentos que potencien la función cerebral para reducir el riesgo de trastornos neurológicos y mejorar la salud mental. Según ella, optar por una dieta que estimule el cerebro puede contribuir a mantener la alerta y la concentración.

En este sentido, Naidoo afirma que hay diversas opciones alimenticias para promover la salud mental, pero destaca a los arándanos como uno de los más beneficiosos en su experiencia e investigación para un envejecimiento cerebral óptimo.

Según los estudios llevados a cabo por la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, los arándanos están cargados de antioxidantes que pueden ser muy beneficiosos para mejorar la función cognitiva. Según Naidoo, estos antioxidantes, conocidos como antocianinas, son los responsables del color distintivo de los arándanos. Además, destacó que las antocianinas pueden ayudar a promover una respuesta saludable al estrés y tienen propiedades antiinflamatorias, especialmente en el cerebro.

Además, se señaló que los nutrientes vegetales presentes en los arándanos pueden ayudar a reducir la inflamación tanto en el cuerpo como en el cerebro, al tiempo que protegen las células del daño, según la profesora de la Universidad de Harvard.