A meses de la partida de Tommy Rey, su legado inspira un cambio legislativo clave para la música. Una ley que lleva su nombre fue aprobada en la Comisión de Cultura de la Cámara y busca garantizar el derecho de pago a cantantes e instrumentistas. Uno de sus principales promotores es Rodrigo Osorio, presidente de la SCD y conocido como el vocalista de Sinergia. En una entrevista con 13C, Osorio contó detalles sobre la Ley Tommy Rey.

El nombre de Tommy Rey sigue resonando con fuerza a meses de su fallecimiento. El icónico seudónimo del reconocido intérprete de cumbia chilena ahora da nombre a un proyecto de ley —bautizado como Ley Tommy Rey— que fue recientemente aprobado en la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputadas y Diputados.

La Ley Tommy Rey busca garantizar el derecho a remuneración para artistas intérpretes por la reproducción de obras musicales en plataformas digitales. Dicho proyecto aborda una deuda histórica en materia de derechos laborales en la industria musical.

Rodrigo Osorio —presidente de la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (SCD) y conocido por su nombre artístico Don Rorro, vocalista de la banda Sinergia— conversó con 13C sobre el origen de este proyecto de ley: por qué lleva el nombre del legendario artista y cuáles son los próximos pasos para avanzar en una normativa que podría transformar las condiciones en la música chilena.

Ley Tommy Rey y el reconocimiento a los intérpretes

De acuerdo con Osorio, el conflicto entre las plataformas digitales de música y el derecho, especifico de los intérpretes, lleva varios años. “En todo el mundo comenzó a hacer ruido la falta de regulación que había al respecto, lo que ha permitido que estas plataformas sean el único usuario de música que solo paga los derechos de autor, sin pagar derechos de intérprete”, declaró a 13C.

“Esto es algo que no solo es injusto con los cantantes e instrumentistas, sino también con los demás sectores de la economía. (…) Hasta 2024, nosotros como SCD nos abocamos a desarrollar este proyecto, aunar voluntades en torno a él, y nos tocó que, al llegar la hora de presentarlo, coincidió con la lamentable partida de nuestro querido Tommy Rey”, agregó Rodrigo Osorio.

La muerte de Tommy Rey marcó un precedente en empujar el proyecto de ley y hacerlo una realidad. “Pensamos que ponerle su nombre era una excelente manera no solo de honrarlo, sino también de graficar aquello que se defiende: Tommy fue un intérprete por excelencia, probablemente el principal representante de ese oficio en nuestro país”, agregó.

Además, recalcó que, a pesar de que la voz de Tommy Rey —junto a las sonoras en las que participó— se volvió omnipresente en la música chilena, "nunca recibió un peso de las plataformas digitales. No podemos permitir que algo así siga ocurriendo”.

—¿Cuáles son las principales injusticias que busca corregir la Ley Tommy Rey?

La comunicación pública de música incluye el pago de derechos de autor y derechos de intérprete, por ello, no es posible que un actor de la industria, que además es el que mueve los más grandes volúmenes en el ámbito discográfico, esté exento de uno de esos pagos. Eso es algo que no solo implica pasar por alto los derechos de miles de cantantes e instrumentistas, sino también establecer una condición ventajosa únicamente para un usuario de música respecto de todos los demás.

—¿Por qué cree que ha costado tanto que este tipo de derechos sean reconocidos en entornos digitales como Spotify o YouTube a diferencia de la radio y la televisión?

Bueno, es relativamente esperable que un actor que se ve favorecido por un vacío legal pretenda que esa situación se mantenga en el tiempo. Sin que varíe de una forma que le implique costos que hasta ahora no tenía. Y si ese actor es de un tamaño considerable, mueve volúmenes importantes y se va volviendo cada vez más relevante, seguramente buscará ejercer influencia en su favor.

—Algunos parlamentarios han manifestado preocupación por un posible aumento en el costo de plataformas como Spotify por la aplicación de esta ley. ¿Qué tiene que decir al respecto?

Que la responsabilidad de cumplir con la ley es de las empresas, no de sus clientes. Y en este caso, tenemos el ejemplo claro de lo que ha ocurrido en las principales economías del mundo, donde este tema ya ha sido regulado sin que ello haya implicado encarecer el acceso a plataformas para los millones de personas que las utilizan a diario. Esto algo que perfectamente puede ser replicado en nuestro país.

—Esta ley fue aprobada en general por la Comisión de Cultura. ¿Qué pasos siguen ahora para que se convierta en ley?

Ahora el proyecto debe seguir avanzando etapas en el proceso legislativo, donde volverá a ser discutido y se propondrán modificaciones.

Nosotros estamos muy expectantes en torno a este proceso. Queremos escuchar la discusión y las propuestas que surjan de los parlamentarios, y, por supuesto, vamos a continuar compartiendo nuestros puntos de vista y dialogando con quién esté disponible. Con miras a que este proyecto salga de la mejor manera posible, para beneficio de todos los intérpretes e instrumentistas.

—Sabemos que la SCD ha apoyado activamente esta iniciativa. ¿Qué tipo de apoyo han recibido por parte de músicos chilenos o de otras entidades del mundo cultural?

El apoyo de los músicos chilenos es absolutamente transversal, ya que lo que está en juego es un principio básico de nuestro quehacer. Otras entidades también nos han manifestado su apoyo, puesto que los derechos de autor y de interpretación existen también en otras disciplinas.

Hay una comprensión de que este problema que enfrentamos hoy, perfectamente podría afectar a otros artistas en el futuro de una forma equivalente. Dada la velocidad con que se suceden los cambios en el ámbito digital y la permanente apertura de nuevas plataformas que desafían las reglas vigentes.

—¿Qué mensaje le daría hoy a los músicos y artistas en Chile respecto a la importancia de esta ley?

Muchas veces la autogestión, la inmersión en el trabajo creativo o la ansiedad por lograr resultados, llevan a no mirar con la debida atención aspectos que en apariencia se ven más lejanos, como lo que tiene que ver con nuestros derechos.

Sin embargo, los artistas emergentes deben saber que ahí está la clave para lograr lo que finalmente todos aspiramos como músicos y músicas, que no es otra cosa que poder vivir de nuestro trabajo.

Por eso, es un aspecto que no pueden nunca descuidar, y luchas como esta, de la Ley Tommy Rey, deben ser asumidas por todos como un colectivo, unidos tras un mismo fin. Si somos una sola voz, sin dudas nuestra fuerza crece y nos haremos más sólidos en la tarea de exigir lo que es justo.