Oriana Marzoli confesó los conflictos familiares que marcaron su infancia: "Al día de hoy no puedo con eso"
En su docurreality, Oriana Marzoli revela heridas de infancia, quiebres familiares y recuerdos de Venezuela que aún la marcan.
A sus 33 años, Oriana Marzoli abrió su corazón como nunca antes en su nuevo docurreality Inside Oriana, estrenado el pasado 7 de mayo.
La venezolana, que ha hecho gran parte de su vida en España, abordó por primera vez con profundidad los dolores que marcaron su infancia y adolescencia.
Oriana Marzoli y la separación de sus padres: "Tuve parte de culpa"
Desde su niñez en Venezuela hasta los momentos más difíciles que enfrentó tras emigrar a Europa, Oriana compartió íntimos recuerdos:
“Cuando pienso en mis padres es como la mezcla perfecta de lo que soy yo. El carácter fuerte de mi padre y la dulzura de mi madre”, reflexionó con emoción.
Uno de los episodios más duros fue la separación de sus padres, un hecho que, para su pesar, ocurrió un 31 de diciembre mientras ella se encontraba en Italia.
“Estaba yo en Italia y me llama mi padre para decirme que mi madre se iba de casa, me quedé en shock, no me lo esperaba, por mucho que discutiese. Siempre he sentido que yo tuve parte de culpa, como yo contestaba tanto y mi madre era más permisiva y mi padre más estricto, muchas discusiones de ellos fueron creadas por mí…”.
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La relación con su madre
En su relato, Oriana también se detuvo en el profundo lazo que mantiene con su madre:
“Mi madre es muy amiga mía, sinceridad absoluta. Yo prefiero morirme antes de mi madre, yo no sé vivir mi vida sin ella… Moriría de la tristeza… No puedo imaginármelo”.
Lo que más extraña de Venezuela
La nostalgia también la invadió al recordar su vida en Venezuela, especialmente al hablar de quienes fueron sus compañeros inseparables durante la niñez: sus perros.
“Si me pongo a pensar en lo que viví en Venezuela, lo que más echo de menos son mis perros, que obviamente los tuvimos que dejar cuando nos vinimos a España y hasta el día de con hoy puedo. Tyson y Blondie, no puedo”, lamentó con la voz quebrada.
El cambio de país no fue fácil, y aunque tenía apenas 12 años cuando llegó a suelo europeo, la pérdida de sus mascotas y de su rutina caraqueña aún la afectan: “Al día de hoy no puedo con eso”, confesó.
“Me dio pena, porque teníamos una vida bastante guay”, añadió, dejando claro cuánto valoraba esa etapa.
El quiebre con su abuela materna
Pero no solo hubo pérdidas materiales o cambios geográficos. Oriana también abordó el quiebre con su abuela materna, una figura importante en su niñez, con quien hoy mantiene una relación distante.
Según la influencer, la ruptura ocurrió tras la muerte de su abuelo, evento que generó tensiones familiares: “Al día de hoy, tengo una relación escasa”, explicó con sinceridad.
“Mi abuela no supo ser justa, ni tener esa fuerza de decir: ‘No, todos mis hijos por igual’”, acusó en referencia a disputas por herencia.
Y sobre una eventual reconciliación, Oriana fue clara: “Creo que no podré recuperar esa relación que tenía de pequeña, y no creo que ella intente acercarse a mí”.
Su testimonio, cargado de emociones, muestra una faceta poco conocida de la figura televisiva, una que conecta desde la vulnerabilidad y los afectos más profundos.
