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Tomás Alzamora, director de Denominación de Origen, critica el cine chileno: “Estamos siempre mirando hacia afuera”

Cineasta Tomás Alzamora, director de Denominación de Origen. Créditos de foto: FIC Valdivia.
Cineasta Tomás Alzamora, director de Denominación de Origen. Créditos de foto: FIC Valdivia.
Por: Vania Ramos
20 de Agosto de 2025 - 15:46 hrs.
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Tomás Alzamora, director de Denominación de Origen, habla sobre el éxito de su película, la conexión con su pueblo natal San Carlos, la importancia de reflejar la cultura popular chilena y sus próximos proyectos, incluido un sueño pendiente sobre Los Ángeles Negros.

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La película chilena "Denominación de Origen" continúa sumando reconocimientos. Tras ser premiada en el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI), comienza a sonar como una de las posibles candidatas a los Premios Oscars 2026. Con toques de ficción y humor, la cinta dirigida por Tomás Alzamora retrata la historia real de San Carlos, su pueblo natal, y la particular lucha de sus habitantes por conseguir que la longaniza sea reconocida oficialmente como producto típico de la comuna, una causa que ha logrado conquistar al público nacional.

En 2018, San Carlos perdió el título de la mejor longaniza de Chile frente a Chillán. Esta controversia motivó al joven director Tomás Alzamora, a tomar una pausa de su trabajo música en el mundo del rap, para crear la película que reivindicó su comuna. 

Su trabajo fue reconocido por el público y "Denominación de Origen" tuvo un éxito arrollador en las salas de cine de todo el país. La cinta fue reconocida como Mejor Película en el 17° Festival de Cine Chileno 2025, fue presentada en el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI) y ahora se postula como candidata para representar a nuestro país en los prestigiosos premios Oscars. 

Tomás Alzamora, director de Denominación de Origen: “El cine chileno carece de cultura popular pura”

Cineasta Tomás Alzamora, director de Denominación de Origen. Créditos: Instagram.
Cineasta Tomás Alzamora, director de Denominación de Origen. Créditos: Instagram.

Antes de "Denominación de Origen", el director Tomás Alzamora ya había trabajado en otras producciones audiovisuales. En 2017 realizó la comedia "La Mentirita Blanca", protagonizada por Rodrigo Salinas y Catalina Saavedra. Tras esa experiencia, Alzamora tenía claro que su próximo largometraje sería más libre y accesible, aún no tenía claro qué. Sin embargo, la pérdida de la denominación de origen de la longaniza de San Carlos le dio el impulso definitivo para crear la historia que dio vida a su obra más querida. 

"La película hace una crítica al centralismo: siempre estaba todo centrado en Santiago y nadie nos veía, nadie nos conocía", dijo Tomás Alzamora en una conversación para 13C, y agregó que tras la película "sí se ha visibilizado San Carlos".

"En la prensa hemos visto que ha tenido cobertura nacional en todos los canales, en los noticieros y en los diarios. Y, si ha habido algún cambio, como por ejemplo en las ventas de longaniza, no lo he visto directamente, pero sí lo he escuchado: han aumentado las ventas", ratificó el realizador audiovisual.

Incluso, ha recibido mensajes de redes sociales y fotos de varias personas que han llegado a su comuna a raíz de "Denominación de Origen": "Hay gente que anda paseando por San Carlos, visitando lugares como la figura de Violeta Parra, la plaza… Y los comentarios de la gente son siempre: “San Carlos, San Carlos, San Carlos”. Entonces, efectivamente, la cosa está ahí, y me parece maravilloso y muy relevante cómo el cine puede ayudar a visibilizar un lugar, una realidad, una cultura, un movimiento, una identidad. Es realmente muy, muy lindo", agregó Tomás Alzamora.

¿Cuál es le motivo del cariño y el éxito? Tomás Alzamora aseguró que la cinta es un espejo. "Es una película cercana y con varios elementos que logran conectar con lo que somos nosotros: los chacoteros, los choripaneros, los chilenos reales. Cómo nos organizamos, lo precario y rústico que es todo. Que ponemos los canapés, y no llega nadie… Está llena de detalles que son muy reales…”, declaró. 

“Eso le gusta a la gente: verse ahí, representarse, decir: “Oh, ese soy yo, a este lo conozco, esto lo he vivido.” Sentirse parte. Por eso la gente rechaza cosas, porque no se siente parte. Y en esta película, la gran catapulta ha sido eso: la gente se siente parte”, añadió. 

Algunos ven "Denominación de Origen" como una metáfora sobre identidad y desigualdad. Otros solo la perciben como una comedia divertida, sin un tema político. ¿Te sorprenden esas lecturas tan distintas?

T.A.: Creo que eso es lo lindo de la película, que a mi parecer está bien cocida. Hay gente que no nota lo político, hay gente que dice: “Al fin una comedia no política.” Y para mí, esta es una película muy política. Para mí, es un luto político respecto a nuestra Constituyente, a nuestro fracaso, a lo que somos como sociedad. Pero no es explícito.

Entonces me pongo muy contento al ver lecturas tan distintas. Siendo que es una película que tampoco busca ser explícitamente política. Creo que ahí está la magia del cine.

Hay gente que ha llegado a llorar. El otro día una chica no podía parar de llorar al salir del cine. Y yo también la veo, y de repente me pongo a llorar porque me da rabia, me da pena, me hace recordar lo fracasado que somos, lo individualistas que somos como sociedad.

Pero también me sorprende ver gente que dice: “Fui a ver la película chistosa.” Creo que es una película que la puede ver todo el mundo y la puede tomar desde distintos ángulos. Eso responde a la sensibilidad de cada persona y a los procesos que han vivido. Hay vecinos, dirigentes sociales que también se me han acercado emocionados y me dicen: “Estos somos nosotros. Vamos con el club deportivo, intentando, intentando, y todavía no lo logramos.”

El mensaje que yo quería transmitir es un espejo de lo que somos como sociedad. Ese momento que vivimos de la Constituyente, de cómo rechazamos por el individualismo y por el beneficio personal. Pero también nos invita a reflexionar: ver esta organización que está luchando por un bien común, ni siquiera por un interés personal. También la amistad, la diversidad, que es una célula tan distinta, pero que a pesar de no lograrlo, lo sigue intentando.

Has sido crítico con el cine chileno por “mirar hacia afuera” y desconectarse de su público. ¿Qué cambios crees que hacen falta para fortalecer el cine local?

T.A.: Efectivamente, creo que hay una mirada, de parte de la sociedad chilena también, que no solo atraviesa el cine, sino que se refleja en cómo funcionamos como país: siempre estamos mirando hacia fuera. Estamos imitando a Europa, imitando a Estados Unidos.

Chile, en muchos sentidos, es una pésima copia de Estados Unidos. Hay sectores de la población que se creen europeos… pero no nos creemos chilenos. Ser chileno, de algún modo, está mal visto. Nos avergüenza la empanada de pino, el pastel de choclo, el choripán con pebre… Como si todo eso fuera de segunda categoría. No lo vivimos como orgullo nacional, sino como “cultura guachaca”. Y eso, en el fondo, ¡somos nosotros!

Siento que la sociedad chilena no se enorgullece de lo que realmente es, y por eso creo que es tan importante conectar con la cultura popular. El cine chileno, en particular, carece de eso: de cultura popular pura. Y creo que ahí, justamente, es donde está la gente, en los territorios. Por eso siempre digo que tenemos que hablar con el caballero del kiosco, con el viejo de la leche, con el panadero… con todos esos personajes que representan el Chile real. Ese Chile que yo llamo así, el “Chile real”, ¿cachái?

¿Y qué cambios pienso que hacen falta para fortalecer el cine local? Bueno, no sé si es solo un tema del cine. Creo que es un tema de sociedad. Estamos siempre mirando hacia afuera, y nosotros, los creadores, somos víctimas de eso.

Tal vez desde los ministerios podría haber un empuje más claro, una política cultural con lineamientos que apunten hacia ahí. Que premien, que reconozcan a películas que hablen de identidad chilena. Podría ser, por ejemplo, un criterio más a evaluar: junto a lo técnico, lo narrativo, también considerar qué tan chilena es una película, cuánto representa a nuestro territorio, a nuestro cine nacional de verdad.

Still de "Denominación de Origen". Créditos: YouTube.
Still de "Denominación de Origen". Créditos: YouTube.

—Después de todo este éxito, ¿qué esperas ahora de “Denominación de Origen”? ¿Te gustaría que tuviera mayor proyección internacional o incluso llegar a competir en premios como los Oscars?

T.A.: Después del éxito que ha tenido "Denominación de Origen", me encantaría que tuviera mayor proyección internacional. No creo que llegue a competir en los Premios Oscars porque, bueno, es una película muy chiquita, no ha tenido estreno comercial en Estados Unidos ni nada, así que es muy difícil. Pero me encantaría que la sigan viendo más chilenos; ojalá todos los chilenos y chilenas pudieran verla. Ese sería un gran, gran sueño.

—¿En qué estás trabajando actualmente? ¿Qué te atrae de esos nuevos proyectos y cómo se relacionan con la mirada que tienes sobre el cine?

T.A.: En este momento estoy trabajando en la distribución de la película, muy concentrado en eso, dándole toda la vida, porque creo que muchas veces se descuida la distribución y considero que es tan importante como la producción. Entonces estoy haciendo muchas entrevistas, cine-foros, empujando la película hasta que desaparezca.

Y siempre estoy pensando en qué podría venir después… Me encanta seguir conectando con mi territorio. Quedé fascinado con el casting de "Denominación de Origen", así que, ¿por qué no hacer una nueva aventura con el MSPLSC? Y también tengo un sueño que llevo mucho tiempo esperando: hacer una película sobre Los Ángeles Negros, la banda nacional que también es de mi tierra, San Carlos.