Cuco Cerda entrega revelador dato sobre el inicio de su relación con Daniela Aránguiz: involucra a la hermana menor de la exMekano
Desde su paso por El Fenómeno hasta su nueva faceta en las comunicaciones, Cuco Cerda cuenta en Entrevistas AR13 cómo enfrenta esta etapa con los pies en la tierra.
Con una sonrisa relajada, sentido del humor intacto y una anécdota digna de backstage televisivo, José Cuco Cerda dio el puntapié inicial a su entrevista con Alfombra Roja. Antes incluso de sentarse frente a la cámara, el creador de contenido ya había marcado el tono del encuentro con una broma previa a su ingreso al canal, transformando un pequeño enredo en la antesala perfecta para una entrevista distendida y cercana.
Entre risas, comentarios al pasar y una complicidad inmediata, Cuco dejó en evidencia que esta entrevista estaría lejos de ser acartonada. Su disposición a pasarlo bien y a reírse de las situaciones cotidianas permitió que la conversación fluyera desde el primer minuto, mostrando a un entrevistado espontáneo, honesto y cómodo, tal como es fuera de escena.
- Cuco, ya con toda esta buena onda que tenemos, tú no eres una persona ajena a este canal. ¿Qué significa para ti volver al canal donde podríamos decir que mucha gente te vio por primera vez, conoció tu personalidad, un poco más de ti, de tus facetas?
- Mirá, fue una experiencia en El Fenómeno, para mí que no sabía a lo que iba. Cuando llegué el primer día a la agencia me dicen: "Oye, esto es un programa de baile", y yo, bueno, han visto a mi hermano bailar en Fiebre y Baile. Tenemos nuestras cosas buenas y nuestros defectos, pero somos reforzados y le ponemos ganas, le ponemos. Pero mucho baile, claro, quizá en una fiestita y más relajado me sale mejor, pero yo le digo al productor, le digo, yo nunca he bailado.
Me dijo: "Esto es como Mekano, ¿viste Mecano?". Sí, le dije, pero yo nunca he bailado. No me sé el danza a la manivela, no me sé nada. Yo dije, pero mirá, soy simpático, me presto para la talla, le puedo hacer las notas y si quería hasta te canto. Y me dice, ya. Y yo así, me dice ya. Y al final terminó saliendo muy bien.
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Lo pasé increíble en El Fenómeno, conocí a, bueno, a uno de mis compañeros; fueron como dos semanas de vacaciones, fue como haber seguido un paseo de curso, eso sentí.
Televisado y con crítica en redes sociales, obviamente, pero eso. Y eso me abrió a mí un poquito el hambre para empezar a hacer algo en televisión, porque yo siempre había estado acompañando a Rai.
Entonces, así fue El Fenómeno; fue como un inicio para mí en ya dar el paso y buscar algo que me guste. Ahora me he dado cuenta en el camino de que me gusta mucho más este formato que un programa en sí. Ahora igual iría a un programa; si es que se da la oportunidad, lo haría. Yo no le cierro las puertas a nadie.
- ¿En cualquier formato? Por ejemplo, puede ser otro El Fenómeno o quizás un reality.
- Mirá, no sé si lo que estoy buscando... Yo creo que me gustaría proyectarme más para otro lado, pero, como te digo, es nuevo, porque El Fenómeno dio como el puntapié para que nosotros hiciéramos un podcast. Grabamos el piloto y lo salimos a vender.
Y en eso llegué con ese piloto a Porcel TV, a mostrarlo para poder grabar allá este programa, y ahí fue cuando Lalo Prieto, que es el dueño de Porcel, nos dice: "Oye, probemos dos semanitas acá el programa y ver cómo les va. Y pasamos de llamarnos Los Despedidos, porque duramos dos semanas, pero no porque el programa estuviese malo, sino que estaba muy bueno, pero tenían presupuesto para dos programas en ese momento, no para tres.
Y a los dos días me llama Lalo Prieto y me dice: "Cuco, ¿sabes qué?". Queremos que tú estés en el panel; hay un cupo en el panel con La Reina de Chile, Simón de la Costa, La Trini Cerda. Y yo dije, bueno, ¿qué va a pasar?
Yo pensé que iba a haber mucho prejuicio hacia mi persona en ese momento, pero igual acepté la oportunidad. Y fue, del minuto uno, una experiencia increíble, lo disfruté un montón, me llevé muy bien con todo.
Yo empecé a hacer preguntas también, porque yo no sabía mucho de la comunidad, ya como cosas más específicas, las cuales me las explicaron. Y me terminé hasta ganando el cariño, de a poquito, de la gente que veía ese programa.
Y ahí yo dije: "¿Sabes qué? Esta cosa me gusta, puedo decir; yo soy chucheta, nacido y criado en el campo. Tengo la pura cara de cuico. Y empecé ahí a darme cuenta que me gustaba mucho este formato, más de sentarme en un panel de conversación, entregar opinión.
- Alejado igual a lo que tú estudiaste.
- Sí, obvio, ingeniería comercial. Bueno, yo soy multifacético; no podría sentarme yo con mi traje de ingeniero comercial; quizás es la pega que muchos colegas están haciendo. Que, por lo demás, la encuentro superdifícil, estar en, no sé, en un banco haciendo millones de estudios económicos. Hay muchos a los que les gusta también hablar de política y economía, pero me gusta hasta vivir libre. Hacer mis cosas. Bueno, por ahí va el tema de la moto también.
Y ahí me di cuenta de esto, que me gusta este formato. Y aquí estoy.
- ¿Cuánto tiempo estuviste en Porcel TV?
- Estuve seis meses en Porcel. De ahí tuve un viaje familiar a Asia con Rai, y cuando volví, me dijeron que no había espacio para integrarme.
Entonces yo hago otras cosas. Yo trabajo en una constructora con mi viejo, bueno, la constructora es de él. Y empecé a ayudarlo con distintos tipos de pega que él ya no quiere hacer y tengo una comercializadora de paltas también. Me gusta mucho trabajar la fruta.
Y con eso yo me muevo harto. Pero esto lo hago porque me gusta. Aquí como que lo paso bien. Soy yo.
- Oye, y a ti qué te encanta estar en este mundillo digital. ¿Tienes más proyectos ligados a esto?
- Justo ayer estuve en un panel de TV+. Bueno, esto es otro tema que yo dije, no quiero hablar de farándula. Eso era un poco irónico de repente, porque al final yo me he dado cuenta de que si estoy trabajando en la tele, todo es farándula. De alguna u otra manera se hace. Entonces, como que está un poco ahí si entrar en un panel de conversación o no. Pero en realidad me he dado cuenta, gracias también a la experiencia que gané, de que tú siempre puedes tener la opinión de algo bien subjetiva.
No necesariamente meterte a opinar de las vías personales o cosas así. Y encuentro que ese es mi papel en caso de entrar en un programa en que se hable un poco de farándula. Y se está dando la oportunidad.
Me invitaron, estamos probando y, eventualmente, si las cosas se dan, podría ir por ahí un nuevo panelista. Pero estamos probando, hemos conversado.
La faceta deportista de Cuco Cerda: “Yo necesito esa adrenalina”
- Entonces estáis abiertos a todas estas posibilidades que se te están brindando en la televisión.
- Sí, de todas maneras. Me gusta, lo paso bien. Pero lo que más me gusta es animar eventos; esa adrenalina que sentí en un escenario es muy similar a la adrenalina que me llega antes de una carrera de moto. Y yo necesito esa adrenalina.
- Eso te iba a preguntar sobre tu carrera en motocross. ¿Qué te dejó esa etapa? ¿Qué aprendizajes obtuviste? Porque tú me estabas contando, previo a que empezara la entrevista, que estuviste 22 años.
- Todo esto partió cuando yo tenía siete años. Me regalaron mi primera moto. Nunca me voy a olvidar de ese día. Igual mi papá andaba en moto antes y yo lo acompañaba; tenía un año y ya andaba en bici sin ruedas. Como que era bien… me tiraba por las escaleras del departamento.
- Terreneitor.
- Sí, terreneitor. Me sacaba la cresta y mi mamá me miraba y me decía: "No, no vas a llorar", porque si pasa, me saca la cresta. Y yo decía: "Me gusta caerme, con todo el codo pelado". Y así partió esto de las motos.
Es lo que me define como persona. Y por eso ha sido tan loca esta transición de dejar un poco de correr. Fueron 22 años en los que me dediqué a eso. Me fui a vivir a Estados Unidos, a California, corrí en Chile, fui a representar a Chile en dos latinoamericanos.
Es un deporte muy exigente, muy difícil, de mucho riesgo y que me dejó muchas enseñanzas de vida, como de la persona que soy hoy en día. Lo que es la disciplina, la perseverancia, lo que es sentir dolor, frustración, saber perder. Porque es un deporte muy personal, muy exigente. Tú entrenas y entrenas y te sacas la cresta, te lesionas y te quiebras y te operas. Te vuelves a subir y te la juegas, y para llegar a la carrera y salir quinto, esa cuestión te frustra, porque lo estás dando todo.
Mi sueño era salir campeón nacional, lo logré en el año 2021. Fui campeón de Chile y ahí intentando defender el título. En el 2022 quedé tercero y en el 2023 estaba muy bien posicionado y tuve una fractura de espalda; me caí entrenando el 6 de mayo de 2023 y eso fue un antes y un después en mi vida.
- ¿Por esa lesión dejaste de hacer deporte?
- Volví a correr y cuando volví tuve después una disyunción acromioclavicular; se me salió el hombro. Y ahí dije definitivamente necesito empezar a hacer otras cosas. Porque había perdido dos años de mi vida en kinesiología recuperándome.
Quizás con una ilusión de volver a ganar un campeonato, que me empecé a sentir incapaz de hacerlo. Ya era mucho y, con la operación de la espalda, yo aprendí a caminar de nuevo, estuve hospitalizado dos semanas; no pude ir al baño solo. Y aun así volví a correr y me volví a caer. Tratando de recuperar este nivel que yo tenía antes de la afectación de la espalda.
- Y tras la lesión, cuando volviste a correr, ¿no sentiste algún miedo, quizás?
- Sí, de hecho yo lloré mucho en la clínica. Mira por lo que lloraba, que me ha costado explicarlo. Yo decía para afuera: "No quiero correr más en moto", pero en mi cabeza yo sabía que iba a volver a andar en moto. Sí o sí. No sabía cuándo, en qué condiciones.
Pero sabía que si yo me recuperaba, iba a poder caminar de nuevo normal y sentirme bien. Iba a volver a subir mal a modo. Y así fue.
No te digo que no voy a correr nunca más. Pero al nivel que llegué a correr, de ir afuera y tratar de ser el mejor, yo ya sé que es una etapa que ya no quiero tener. Ya di vuelta a la
- Porque tú lo tomas más ahora como un hobby.
- Sí, como un hobby. Igual de repente voy, me motivo y voy a una carrera que me quede cerca. Entreno igual; toda la semana voy a andar en moto una o dos veces a la semana; antes iba a cinco o cuatro, pero a pasarlo bien.
Aproveché de terminar mi carrera en ingeniería comercial, que la aplacé mucho entre las lesiones.
Cuco y Rai Cerda: el detrás de cámara de la relación de hermanos
- Cuco, nombraste a tu hermano y aquí queremos saber cómo es la relación de hermanos entre ustedes y tu rol como hermano mayor.
- Uy, tenemos una historia con Rai. Bueno, siempre hemos sido uña y mugre; vamos para todos lados juntos desde chicos. Dos hombres, los dos con mucha personalidad de chicos y peleadores, ¿cachai? Cómo no, esta polera es mía, esta es mía, cosas de hermanos chicos, pero éramos intensos los dos. En el colegio éramos dinamita.
Yo siempre he dicho que tres de nosotros hubiese sido mucho, terrible. Entre nosotros peleábamos, cuando chicos, uff, terribles.
- Ahora no tanto.
- No, ahora no, porque al Rai, cuando era más chico, yo lo molestaba, y mi papá siempre me decía: "Rai va a crecer y te va a sacar la chucha, te va a pegar". Tengo muchos recuerdos de Rai; yo teniendo, por ejemplo, seis, él tres; se nota mucho la diferencia.
Y cuando el Rai cumplió como doce, yo tenía quince o un poquito más, un día llega y me pega y me saca la chucha y me dice: "Te pegué, bobo, te pegué". Pero siempre, a pesar de tener nuestras discusiones entre nosotros, las arreglábamos entre nosotros.
Y bueno, hoy día no vivimos juntos; él vive con mi mamá. Pero lo veo casi todos los días; todos los días que bailó en Fiebre de Baile, yo estuve ahí, y me decían: "Este anda buscando cámaras, da más cuña que el Rai".
- ¿Y qué sentiste con eso?
- Me da lo mismo esas cuestiones, porque uno al final tiene que preocuparse de lo que dice tu gente que te quiere. Y a Rai le gusta que yo estuviera allá; me llamaba: "Cuco, ¿a qué hora llegáis?".
- Y Cuco, ¿dónde estás viviendo?
- Yo en este minuto vivo con mi padre. Mi papá es arquitecto. Él, cuando yo estaba como en tercero medio, había un terreno de su pareja. Construimos una casa para vivir Rai, yo, los dos hijos de la pareja de mi papá. Los seis.
Y mi papá hizo una casa que era su sueño, construirse él su propia casa. Y nos dio un papel a cada uno, a los cuatro, a los hijos de la rubia, a nosotros dos, y nos dijo: "Hagan la casa de sus sueños". Y de esos cuatro dibujos, él sacó una idea general, que fue la casa que vivimos desde el 2014.
Luego de eso, los hijos de la rubia se fueron a vivir a Australia y la casa es una casa supergrande. Bueno, el Rai vive con mi mamá; él decidió eso hace un tiempo. Y yo quedé con mi papá en esta casa grande.
- ¿Cómo es la relación con tu papá?
- Somos muy amigos. Él es mi papá, y con todos los respetos que amerita, pero también al mismo tiempo somos muy amigos.
Él de chico tuvo esa enseñanza conmigo de criarnos con muy bonitos valores, pero al mismo tiempo muy amigos. Y fue muy lindo porque yo a él le cuento todo. Aparte, trabajamos juntos igual y él no quiere que me vaya.
- ¿Y tú tampoco te quieres ir?
- Yo sí me quiero ir. Porque hay ciertas situaciones en las que chocamos. Si yo estoy pololeando con alguien, yo la quiero invitar a mi casa, ¿cachai? Y aunque mi papá dice, relajado, somos amigos y tal, igual es mi papá. Y yo entiendo a la otra persona, eso cómo genera incomodidad.
Y como que le he dicho, papá, me voy. ¿Pero para qué te vas a ir? Y hasta se me pone medio sentimental. Es un manipulador; me dice: "Me voy a poner viejo y voy a estar solo". Pero la verdad es que está superbién para tener 63 años.
- ¿Ya estás buscando tu próximo hogar?
- Sí, bueno, tengo un perro también, tengo mis motos, muchas cosas. Entonces yo nunca viví en un departamento; me gustaría buscar un lugar que se sienta cómodo y quizá vivir con alguien.
- Ya sabemos lo participativa que es tu mamá con sus proyectos, y tu papá, ¿qué te dice de todo esto? De toda esta fama que tienen ustedes.
- Mi papá es supertradicional en ese sentido. Él estudió arquitectura en la Católica; siempre fue mejor alumno. Él nos inculcó el estudiar. O sea, hagan lo que quieran en su vida, pero el cartón me lo traen. Pero a él no le interesa aparecer; de hecho, quienes lo conozcan, se llama Raimundo Cerda. De repente nos acompañó, por ejemplo, a Perú para la final del Rai, totalmente contra su voluntad; o sea, quiso ir, pero no es algo en lo que él se sintiera cómodo de ir. No le gusta la exposición, las cámaras ni nada.
Nunca he recibido una crítica de él de qué está haciendo, por qué hablaste de esto.
-¿Te da consejos?
- Sí. Como te digo, somos muy amigos, ¿cachai? Tenemos mucha confianza para hablar de todo. Relaciones, amistades, problemas, de todo. Igual trabajamos juntos, entonces es una confianza bien completa.
.- Cuco, nos detallas que con tu papá tienes una confianza supergigante; él te da consejos para afrontar ciertas cosas, pese a que él no es del mundo de la tele. Por ejemplo, cuando ocurrió, tras tu participación en El Fenómeno, que igual estuviste envuelto como en una polémica con esta relación con Isi y el tema de la edad, y que casi que tú te estabas como aprovechando de esta fama. ¿Cómo fue eso? ¿Qué te dijo tu papá también?
- Mira, eso con la Isi no iba para allá la cosa en ese momento. De hecho, como todos los programas, de repente te aconsejan: "Oye, podrías hacerlo más entretenido por acá, podrías quizás mirar para allá". Yo en un minuto entré al programa sin querer estar con nadie, pero se dieron las cosas de manera interna en que pasó esto con la Isi.
Y obviamente para mí era un tema que tuviera 10 años menos que yo. Pero ella tiene una personalidad muy especial y es por eso que al final yo la empecé a conocer y fue como, es superchica de edad, pero tiene harta personalidad. Y lo pasamos superbién y de verdad yo no tengo nada que decir de ella.
De hecho, hasta el último capítulo que yo le regalé una flor, eso estuvo más que hablado con ella, no fue algo improvisado. Yo igual le pregunté: "¿Te incomoda?". Ella me dijo que no, que feliz. Entonces se dio todo natural.
Después, mi papá no me habló de eso, me preguntó si era en serio, y en su minuto lo fue; no sé si como pololemos, pero sí conozcámonos. Pero duró poco, duró el programa, un par de semanas que salimos porque nos apostamos en paradas distintas, otro ritmo de vida y aparte que hubo un par de cosas con su mamá y todo, que salió en todas partes, pero no me gusta referirme a eso porque uno, no me gusta hablar, como criticar a las mujeres.
Al final encuentro que es un área sensible de repente y prefiero dejarlo ahí también como lo que ella dijo. No exponer a la Isi al final, que siento que fue lo que hizo su mamá un poco, exponerle a algo que no era necesario.
La génesis de su romance con Daniela Aranguiz
Dentro de nuestra dinámica de romper el hielo y conocer los gustos en aplicaciones tecnológicas, Cuco Cerad reveló a AR13 que el emoji que más envía son los corazones rojos y esos tienen una destinataria asegurada y es Daniela Aranguiz, su actual pareja.
“Ella se ha ganado esos corazones rojos; hace ya varios meses que estamos juntos, lo pasamos muy bien”, manifestó.
- ¿Cuál es el placer culpable de Cuco?
- Me gusta mucho viajar y me gasto de repente lo que no debería gastarme en viajar.
- Su tarjetazo.
- Tarjetazo, digo, Dios proveerá, vamos mirando lo que venga. Me lo merezco. Y sí, de hecho, me voy de viaje ahora; en Black Friday vi una oferta por ahí en Latam, tenía un par de millas y dije ya.
Y nos vamos con la Dani a Miami, su cumpleaños el 4 de diciembre. Y me dijo: "No quiero estar en Chile", porque no, bla, bla, bla, porque no quería. Me dio su argumento y dije: "Ya, vámonos para Miami". Y la Dani es así, vamos, vamos. Por eso nos llevamos muy bien.
- Ya que nombraste a Daniela Aránguiz, ¿cómo nació la relación entre ustedes?
- Mira, yo conozco a su hermana chica, a la Fer, porque pololeó con un muy amigo mío muchos años y de ahí, si me la topaba en algún lugar y todo, yo la saludaba. Y un par de veces la saludé y estaba con la Dani.
Y la Dani un día, cuando estaba haciendo El Fenómeno, estábamos en un pub…
- Cuco, te estás riendo solo.
- Sí... Y llega la Dani y me dice: "Hola, ¿cómo estás?", y yo estaba bailando con mis amigos de El Fenómeno. Y me dice: "Eres mino", y le dije: "Sí, sí, sé". Y me dijo: "Ah, y aparte barsa".
Y le dije, y aparte barsa. Y de ahí conversamos un rato y yo me fui porque yo estaba con el programa El Fenómeno. De hecho, a los dos días ella estuvo en El Fenómeno y había que hacer el juego de la gomita y la Dani dice, ya, y le preguntan, ¿con quién? Y la Dani dice: "No, con el Cuco".
-Ah, te eligió.
- Me eligió, sí. Y no sé por qué no se hizo el juego de la gomita. Y desde ese día no nos vimos más, durante meses, hasta que empezamos a hablar por Instagram y estábamos hablando un jueves.
- Cayó un DM ahí.
- Sí, cayó un DM.
- Pero, ¿quién empezó a seguir primero? ¿Tú o la Dani?
- No me acuerdo. Pero me atrevería a decir que la Dani me empezó a seguir a mí. Y me dice: "Oye, voy para acá con unos amigos, ven", me invitó. Y fui, llegué solo. Y me dice: "¿Con quién viniste, solo?". Sí, porque si me invitaste a mí, ¿con quién quieres que venga solo? Vine a bailar contigo.
Y ahí, buena onda de una. Y empezamos a conocernos, salió por ahí que nos habían visto bailando en la banda, cuando ni siquiera nos habíamos dado un besito, nada. Y de verdad que después los patudos hicimos un live diciendo: "Somos amigos, nunca ha pasado nada, ni va a pasar nada". Yo sí, es verdad.
Y tratando de convencerme, porque la Dani me decía, bueno, seamos amigos, ¿cachai? Que yo soy una persona muy conocida, que arrastro muchas cosas conmigo; si te ven conmigo, ella lo sabe. Y me dijo: "Y para ti puede ser incómodo, seamos amigos, lo pasamos bien", porque realmente lo pasamos muy bien juntos, ¿cachai?
Y no sale el tiro por la culata.
- Y ahora están juntos.
- Sí, un día fui al alemán experto a comer y le dije, voy acá, y era muy cerca de su casa, y le dije, vamos por unas micheladas. Y me dijo: "No puedo, pero come y vente para acá". Y yo ahí fui a su casa, nos tomamos unas micheladas y ahí como que nos dimos un besito.
- Ahí fue el primer beso.
- Sí, pero mira, fue mal. No, pero traicionera, porque me fue a dejar afuera. Hablamos dos horas y nos dieron a las dos de la mañana; nos cagamos la risa. Y me va a dejar afuera al auto. Y yo por dentro, como, no puede ser. Yo dije: "Pensé que este era el momento".
Y me dio un piquito. Eso fue el primer beso que nos dimos, fue bien especial. Y empezamos a conocernos y empezamos los dos como chuta.
- Esto va más serio.
- Sí, como que nos empezó a pasar lo mismo. Lo empezamos a hablar y fue como, ¿y qué tiene? No, pero es que soy más grande. Sí, yo soy más chico. ¿Y qué tiene? ¿Lo pasas bien? Sí, yo también. ¿Estás cómodas? Sí, yo también. ¿Te importa lo que opinen? No. Y a ella lo que preocupaba mucho fue su imagen mediática, cómo podía afectarme a mí.
Pero, bueno, lo que es importante fue que nos fuimos conociendo. La Dani ha ido a mi casa; ya conoce a mis papás. Yo conozco a su familia también; he compartido con sus hijos.
Muy buena onda y con mucho respeto, siempre con todo el espacio necesario para ambos lados. Y se ha dado una relación muy genuina, muy genuina, muy bonita. Y que yo de verdad que no me esperaba eso de ella, de esa personalidad que tiene ella que no le gusta que lo diga. Dice: "Yo soy tierna contigo, pero nadie puede saberlo".
- Entonces, ¿y ya están pololeando? ¿Ya está oficializada la relación?
- Sí, ella decía, estamos pololeando, pero él aún no lo sabe. Porque un par de veces me dijo: "No, me vas a pedir pololeo, eso es de cabros chicos". Y yo le decía: "Pero si yo soy de esa generación que pide pololeo, cumple mes, te llevo flores".
Pero, por eso ella decía, o sea, ya todo el mundo sabía que estábamos juntos. Salíamos juntos para todos lados. O sea, estamos juntos, sí, no era necesario ponerle el nombre pololeo. Pero obviamente que empezamos, ya pasaron los meses, y ella decía, estamos pololeando, y yo nunca le había pedido pololeo. Y yo le pedí pololeo, la invité a un paseíto ahí a Viña, y le pedí pololeo.
- ¿Cuánto tiempo ya llevan?
- Llevamos desde mediados de julio. Llevamos cuatro meses y medio. Y de pura sorpresa, de verdad, o sea, encontré una persona superintensa como yo, con mucha personalidad, pero que a pesar de eso nos hemos sabido entender. Y lo que más me importa a mí es tener a alguien al lado que yo sienta que me quiere, que me ama y que me respeta. Y eso se lo ha logrado definitivamente.
Y los dos tenemos una relación y, si bien de repente tenemos nuestras diferencias, los dos somos intensos.
- Cuco, ¿y cuáles son los panoramas que les gusta hacer a ustedes como pareja?
- Nuestros panoramas favoritos. El primero, lo que salga, así le pusimos. Porque somos buenos para lo que salga. Los mejores panoramas que hemos tenido los inventamos ahí en el minuto, pero a mí me encanta la vida outdoor. Ella es como una princesa y yo soy como un terreneitor.
La Dani es más diva, siempre full arreglada, y yo en mi camioneta ando con bolsos de moto, las botas huelen mal, la camioneta tiene tierra, vengo de andar en moto lleno de tierra y de rereñe; ella viene con su vestidito y yo la recibo así.
Y ha sido chistoso llevarla un poco a mi mundo, a las motos.
- ¿Y le gustó?
- Sí, le gusta, lo pasa bien. Y la he llevado, pero al pantano que le digo yo, porque las carreras de moto después se hace un... como que se quedan todas en asados y empiezan a hacer drift en autos.
Y se arma como un hueveo bien especial de puros locos a los que les gusta la adrenalina. Y la Dani ahí con sus botas Dior, pero yo la veo y lo pasa bien. Y el tercer panorama es conversar. Podríamos armar un podcast con la Dani, de verdad.
- ¿Qué más te gusta de la Dani?
- A ella le encanta cocinar, cocina exquisito; me encanta que cocine. El otro día me cocinó un pastel de choclo, que le ayudé, cocinamos juntos, hizo un pastel de choclo, pero natural, con todo hecho ahí, o sea, no compró una pastelera, hizo el choclo, trajo la albahaca, hizo ella el pino, todo ahí, y le quedó impresionante.
Y como tiene sus hijos también, les cocina para la noche, para el otro día, para el colegio. Es superbuena mamá. Yo nunca había estado con alguien que tuviera hijos, sí, con alguien más grande, pero no nunca que tuviera hijos. Y es algo distinto, o sea, totalmente, ¿cachai?
Y yo fui hijo de papás separados, fui hijo de una mamá que estaba conociendo a alguien nuevo, que empezó a ir a la casa.
- Como que entiendes también esa dinámica.
- Los entiendo. Me cargaba que me trajeran regalos. Me cargaba, y yo soy celoso con mi mamá, tóxico. Bueno, ahora está mi mamá hace diez años con su pareja, a quien quiero mucho, y lo quiero mucho porque la hace muy feliz a ella.
Pero entiendo la faceta de los hijos de la Dani, ¿cachai? (17:48) Como yo soy al final un desconocido yendo a su casa.
- ¿Y cómo te los ganaste?
- No, es que no es ganármelo; de a poquito los he ido conociendo cuando se da, ¿cachai? Si es que la Dani me invita, están ahí, los saludo, buena onda, yo soy bueno para conversar, y yo creo que te has dado cuenta.
Pero siempre siendo yo al final, y yo creo que esa naturalidad cualquier persona la percibe, no forzar las cosas, no forzar la buena onda, no forzar un momento para conversar. Soy superespontáneo.
- La Dani es una persona que sabe manejarse en este mundo; en esas horas de conversación, ¿te ha entregado consejos?
- Es mi profe sexy (risas). Me empieza a dar consejos, ponte los lentes rojos que están allá, pero sí me ha dado consejos hartos, sobre todo consejos televisivos; yo le doy consejos afectivos y ella me da consejos televisivos, que lo agradezco mucho, por lo demás. Porque me ha enseñado harto a blindarme un poco; lamentablemente, siento yo que con Rai hemos tenido una recibida media ambigua en redes sociales. Como al hacernos más conocidos, siento que la gente por ahí no nos conoce mucho realmente como somos, sino que se dejan guiar por ciertas cosas.
Esta cuestión de Gran Hermano para los dos fue un cambio y exponerte públicamente te trae… hay cosas lindas y hay cosas bien feas y para esas cosas feas yo encuentro que la Dani me ha prestado ropa heavy, o sea, me ha enseñado a quizás no tomarme las cosas tan en serio, a responder mejor de repente en situaciones que las que quiero responder o tengo que responder; me ha enseñado a hacer tele también, que ella es seca en eso. Encuentro yo, siempre he dicho que mira, hay cosas que de repente le digo, Dani, se te escaparon los enanos para el bosque.
- ¿Tú también eres crítico con ella?
- Yo no me meto en su pega, jamás. Y eso fue algo que le dije al principio: "No me voy a meter; si quiere, yo doy mi opinión y se la doy".
Entonces igual la he observado mucho y aprendido de ella, no para irme por ese lado, pero sí para entender todo lo que está pasando, que de repente es complicado entenderlo como persona normal. Al final, a nosotros nos ven aquí atrás de una pantalla, pero somos de carne y hueso, nos duele, sentimos, lloramos, nos enojamos, vivimos, tenemos problemas familiares, también tenemos problemas con la pareja, de repente también pueden haber problemas económicos y son problemas que tiene todo el mundo, también los tenemos, somos al final.
- ¿Cómo afrontas el hate que recibes tú con Rai?
- Solamente estamos contando nuestra historia mostrándonos desde otro punto de vista y eso es lo que de repente la gente se agarra como para criticar sin conocer y me da pena porque de repente me ha dado pena, sobre todo por Rai, porque se frustra porque de repente él trata de hacer las cosas a un lado y no le salen como él quisiera.
Por ejemplo, perder la final del reality. Yo estuve con él porque se preparó para ganar esa final y, más que por la plata, es como por él, como un logro personal de meterse a un programa de tele donde se expuso, donde mi familia, por el lado de mi mamá, superconservadora, lo criticaron mucho. La gente empieza a burlarse de que no pudo lograrlo y eso es lo que él siente, lo que yo también, como constantemente estar esperando que no le salga; no sabemos por qué se generó eso.
- ¿Y tú le traspasas los consejos que te da la Dani?
- Bueno, igual está con Faloon, que también sabe mucho y también lleva sus años en la tele.
- ¿Cómo ves la relación de Rai con Falon?
- Los veo más enamorados que nunca. Rai, nunca había pololeado, nunca tuvo un pololeo en el colegio, sí tuvo unas pinches.
- ¿Es primer pololeo oficial?
- Sí, pero así como que yo lo veo pololeando, enamorado. Y mostrándole a todos que él está enamorado también. RaI es muy cerrado en mostrar su sentimiento; lo veo feliz y enamorado y siento que la Faloon le hace muy bien.
- ¿Y ustedes salen, hacen citas los cuatro?
- No, no, hemos salido los cuatro. El domingo pasado estuvimos juntos en un asado que hicimos en mi casa; ahí fue la Faloon y también yo llegué después a la casa de mi mamá, con la Dani, y estuvimos ahí compartiendo un asadito, piscina y super rico.
- Hablando de tu madre, se ha convertido en todo un personaje. ¿Existen momentos en que le pidas que no publique ciertas cosas?
- Sí, obviamente que mi mamá es un personaje, tiene ahí sus momentos polémicos, que yo la reto, voy y le digo: "Mamá, ¿cachaste lo que respondiste ayer?" Me responde: "Sí, pero es que me pusieron nerviosa".
Si mi mamá no estuviese pololeando, yo creo que estaría en algún reality de cocina. Yo le digo: "Mamá, te estás transformando en la nueva tía Sonia oficial". Mi mamá tuvo una productora de eventos, 25 años, trabajó con muchas modelos, con mucha gente también que hoy en día está en televisión, entonces igual tiene ese roce. No le cuesta dar una entrevista, no le cuesta hablar en la cámara.
En el tramo final de la entrevista, Cuco Cerda se detuvo a mirar con calma lo que viene. Consciente de que los espacios en televisión se construyen con tiempo y constancia, se proyecta consolidando su rol en las comunicaciones, especialmente en la animación de eventos y formatos en vivo, un terreno que lo motiva y le genera adrenalina.
Sin descartar nuevos desafíos en pantalla, Cuco fue claro en AR13 en que no se cierra a nada.
A nivel personal, su horizonte es igual de claro: formar una familia, convertirse en padre y seguir cultivando aquello que lo define desde niño, el deporte y la vida al aire libre. La moto, los viajes, la pesca con mosca y esa pulsión constante por moverse y explorar siguen siendo parte esencial de su esencia.


