Bully 2: La ambiciosa secuela de Rockstar que fue cancelada hace 10 años

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Durante las últimas semanas, han aumentado los rumores que hablan de una posible secuela de Bully, el juego de Rockstar Games ambientado en el Centro Bullworth que debutó en 2006 para PC y PS2.

No es la primera vez que la compañía de la estrella tiene la intención de continuar esta historia y un artículo publicado por Game Informer, reveló que entre 2010 y 2013 estuvo en marcha la secuela de Canis Canem Edit, en un proyecto que terminó cancelado.

Bully 2 estaría a cargo de un equipo en Rockstar New England, quienes se pusieron en marcha para explorar las posibilidades que podría tener el siguiente gran juego de la compañía. Sin embargo, varios problemas impidieron que se llevase a cabo y el equipo de desarrollo fue reasignado a Max Payne 3 y Red Dead Redemption.

“Rockstar New England quería ser especial dentro de Rockstar, pero es realmente difícil cuando Rockstar North era la que producía todos los huevos de oro en ese momento. Vivir bajo una sombra tan grande e intentar superar ese rol era difícil y casi imposible. Pero lo intentaron”, comenta un desarrollador desde el anonimato.

Aparentemente, el equipo involucrado en Bully 2 era de unas 60 personas. El mapa no era tan grande como el de GTA IV, el otro gran proyecto de la época, pero estaba compensado con mayor densidad y detalle, pues “podías entrar a todos los edificios, de manera normal o por la fuerza”, e incluso se habla de un sistema de escalada y parkour.

El punto más avanzado del desarrollo fue la inteligencia artificial. Las acciones de Jimmy iban a tener consecuencias, para bien o para mal, más allá de un radio de cinco metros y unos segundos en la memoria de los NPC. Además, contaría con un sistema de amistad con cualquier personaje.

En total, se lograron hacer unas ocho horas de juego, pero se necesitaban otros dos o tres años para terminar todo, tiempo en el que comenzaron a aparecer otras prioridades dentro de la compañía.

Los desarrolladores hablan del fuerte crunch que sufrieron, con “periodos de trabajo durante la noche y fines de semana que superaban las 12 a 16 horas al día por varios meses”. Más tarde, el 10% del equipo fue despedido y el resto ubicados en otros proyectos, terminando con las esperanzas de Bully 2.

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