El día que Ana González recordó a su gran amor en Venga Conmigo: "Lo que yo ansiaba en la vida"
En 1995, el programa “Venga Conmigo”, conducido por José Alfredo “Pollo” Fuentes, tuvo un momento inolvidable al recibir a la actriz Ana González, una de las figuras más queridas y respetadas del teatro, el cine y la televisión chilena.
En aquella ocasión, el animador pasó un día completo con la intérprete y lo compartió con los televidentes en un especial lleno de recuerdos, humor y emoción. Además, luego ella visitó el estudio para tener una íntima y emotiva conversación.
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La actriz, fallecida en 2008, aprovechó la instancia no solo para repasar su trayectoria artística y el éxito del entrañable personaje de la “Desideria”, sino también para abrir su corazón y hablar de su vida personal.
En medio de la conversación con el Pollo Fuentes, la intérprete relató cómo conoció a su esposo, José Estefanía Cocha, un hombre al que definió como fundamental en su vida y con quien compartió años de complicidad y amor.
La historia de amor de Ana González
Con emoción, la artista confesó: “Lo recuerdo todos los días de mi vida y a cada rato, con esa inteligencia, esa cultura que tenía. Desde que se hablaba, estaba atento, presente, capaz de crear, creativo”.
Sus palabras reflejaron la importancia que tuvo su pareja, tanto en lo personal como en lo profesional, ya que él fue incluso autor de frases que marcaron campañas políticas de la época.
Al rememorar la primera vez que lo vio, Ana González contó que ocurrió en el Patio Andaluz, un lugar bohemio de Santiago frecuentado por periodistas e intelectuales. Entre risas y conversaciones, una carcajada más fuerte que las demás llamó su atención.
Ese instante fue el inicio de una historia que más tarde se transformó en matrimonio y en una vida en común que ella recordó con gratitud: “Mi sensibilidad, mis sentimientos, lo que yo ansiaba en la vida, se concretó en ser la esposa de ese hombre”, señaló.
El especial de Venga Conmigo permitió ver otra faceta de Ana González, lejos del maquillaje de la “Desideria” y de los escenarios teatrales. Fue la oportunidad de conocer a la mujer detrás de la artista, con sus reflexiones sobre la maternidad, el paso del tiempo y, sobre todo, el valor del amor.