En este capítulo, el Sultán está decidido en no perdonar a Mahidevran e incluso está convencido de que ella no siente amor por él, ya que no lo respeta.

Hurrem está bajo los cuidados de Suleimán, mientras él prepara todo para salir a la guerra. Cuando ya está completamente recuperada, Hurrem regresa con sus compañeras y ellas tendrán aún más motivos para hablar a sus espaldas cuando vean que el Sultán le envió un cofre muy valioso de regalo.

La madre del Sultán desobedeció lo ordenado y decidió no enviar a Mahidevran al Palacio Viejo. A pesar de esto, Mahidevran no logra superar que Hurrem le haya quitado lo que más quiere y está obsesionada con la idea de que debe morir para que todos puedan vivir tranquilos.

Hurrem está encantada con los regalos de su amado y, como María es su única amiga, decide regarle una valiosa prenda. Mientras ambas comparten ese momento, Hurrem le confiesa sus sueños y le cuenta que espera ser dueña del Palacio, para que todas obedezcan sus órdenes y estén a su servicio.

Daye escucha sus confesiones y rápidamente se lo cuenta a la sultana. Ella le comenta que tiene pensando que una vez que Suleimán termine la campaña hará todo lo posible para que la expulsen, prometiendo que ni siquiera él mismo podrá recuperarla.

El Sultán se va a la guerra

Hurrem se muestra preocupada por la participación de su amado en la campaña e incluso le comenta que teme por su vida y le confiesa que es todo lo que tiene en la vida. Entre lágrimas Hurrem le pide que no la deje sola, pero el deber del Sultán es ir con sus hombres a la guerra.

El Sultán recibe la bendición de todas antes de ir a la guerra y deja previamente establecido que si no regresa su pequeño hijo Mustafá lo sucederá. Las calles estaban repletas despidiendo a los guerreros, los otomanos están deseosos de ir a la guerra y conseguir la victoria. El Sultán quiere eliminar a Hungría y tiene un ejército completamente preparado para hacerlo.

Ver Video Síguenos en